Tenía un tiempo sin ir a la playa, y debo admitir que el regreso fue placentero. Me quedé en la primera de las playas, porque según entiendo son como tres playas distintas para este complejo.
El agua estaba clara, sólo enturbiada un poco por las olas. La temperatura de la misma, excelente, un poco tendiente al frío pero perfecta para refrescar el calor reinante. Había pocas personas. La atención de las personas que proporcionan comida y bebida fue muy atenta y en general la pasamos bien.
Claro que encontramos un punto negativo importante para disfrutar a plenitud con la familia, y es que la entrada al agua estaba llena de piedras y de allí posiblemente las pocas personas.
Las olas tenían cierta intensidad y fuerza suficiente para levitar las rocas y lanzarlas contra nuestros indefensos pies. Sin embargo, a dos o tres metros de la orilla, ya no estaban y podías disfrutar plenamente el nado y el balanceo de las olas. No obstante, querer llevar a los pequeños hasta allí no resultaba nada aconsejable, así que para ellos, estaba la opción de corretear por la arena, hacer castillos y acercarse prudencialmente a la orilla del agua, para que las olas los remojen.
El servicio en general fue muy bueno. Alquilamos un toldo, unas sillas, montamos nuestra sombrilla la cual me ayudaron a fijar a un palo al lado del toldo, me dejaron una cavita con algunas frías y hielo, y cada cierto tiempo se ponían a la orden por si faltaba algo.
Los precios:
- Cada cerveza en lata, BsF 7,oo
- Estacionamiento, BsF 10,oo (elevado, en mi opinión)
- "Patacones con Queso", BsF 25,oo
- Toldo y Sillas, BsF 30,oo
También están los vendedores ambulantes que ofrecen helados, "rompe colchón", tatuajes, entre otras, a precios aceptables.
Me contaron que las otras playas, pueden estar mejores que esta, y principalmente la tres, ya que cuenta con rompe-olas y puede ser más apta para los niños, por lo que tendré que probar y contarles luego.
Hasta la próxima...